miércoles, 8 de abril de 2009

LA FIGURA DEL TUTOR EN PRÁCTICAS: APRENDIZAJE EN EL EJERCICIO DE UN ROL.

No es lo mismo “saber” que “saber hacer” o “querer hacer”. Puedes imaginar (si no cursaste el Experto en E-Learning) qué hace y cómo lo hace un tutor on line (TOL), o puedes saberlo pues anteriormente has cursado el Experto. Sin embargo cuando los tutores piden voluntarios para ser tutor en prácticas la respuesta es: “el silencio” (los alumnos no “crean presencia”), como hizo la mayoría; o “mejor que lo haga otro que esté más preparado”, como hicimos Mercedes y yo. Detrás de ambas respuestas está el miedo a no saber hacerlo, o “porque me faltaba mucha confianza en mí mismo”, como muy bien explica Chris en el foro Reflexiones sobre la práctica. Ante esta ausencia de voluntarios se puede hacer lo que hizo Ángeles, proponer ser tutor a quien se atrevió a “crear presencia”, dando por supuesto que si esa persona es valientes para hablar también lo será para aceptar y desempeñar el rol asignado. Otra opción ante la ausencia de voluntarios es nombrarlos directamente.

Durante el tiempo que se desempeña el rol de tutor en prácticas es importante reflexionar sobre la tarea conjunta que se debe llevar a cabo para poder guiar de forma eficaz al grupo. Es importante tener las ideas claras, pero también es muy importante saber expresar de forma clara y sencilla esas ideas al grupo para evitar malentendidos y no confundir ni desmotivar al grupo. Es importante cuidar el lenguaje y no dar por sentado detalles importantes pues dado que la comunicación es escrita básicamente, si no proporcionamos todos los detalles los demás no sabrán lo que estamos pensando o las premisas que estamos teniendo en cuenta, pues no están en nuestra cabeza. El cansancio puede hacer que olvidemos mencionar esos datos importantes o que no los expresemos con la suficiente claridad, como me pasó a mí, provocando confusión y angustia en el grupo. Si esto llega a producirse es bueno partir de cero y empezar a explicarlo todo de nuevo, tranquilamente y con todo detalle.

Es recomendable explicar las tareas al grupo de una en una, para que los tutorandos no se sientan sobrepasados por las tareas. O paso a paso, en caso de ser una sola tarea compuesta por varios pasos, pues todos a la vez causan confusión sobre cuál hay que enfrentar primero y multiplican la sensación de esfuerzo requerido para la resolución de la tarea.

Como bien dice Néstor en el foro Reflexiones sobre la práctica, hay que dedicar “un tiempo determinado diario para la labor de tutoría” pues “cada día salen comentarios que deben ser respondidos y animados por el tutor”, es imprescindible que éste “cree presencia” para que el grupo no se sienta abandonado, sobre todo al principio. Después, cuando la tarea ya está entendida el tutor puede hacerse notar menos, pues el grupo ya será más autónomo y se autorregulará mejor.

Una de las diferencias de ser tutor de prácticas o tutor es que el tutor de prácticas no puede saber si un alumno en concreto se ha conectado y durante cuánto tiempo si éste no deja constancia de su presencia, añadiendo un comentario en los foros, por ejemplo. Ese silencio puede ser muy agobiante. En cambio el tutor no tiene este problema pues cuenta con las herramientas de seguimiento de alumnos que están disponibles en la mayoría de plataformas de e-Learning.

Finalizada la tarea, la experiencia se valora como muy positiva, sobre todo si se ha contado con la colaboración y apoyo de un buen grupo de prácticas. Sirviendo la experiencia para aumentar la sensación de autoeficacia y por tanto la autoestima del alumno que aceptó ser TOL en prácticas.

Lo mejor de todo es tener la posibilidad de reflexionar sobre nuestro desempeño, para ver nuestros fallos, y así poderlos corregir, y nuestras fortalezas para así poderlas mantener.

Conclusión: Para que haya un aprendizaje significativo es imprescindible que se aprenda a ser tutor desempeñando dicho rol.

Textos revisados:
· Seoane, A. M. y García, F. J. (2008) “La función tutorial desde la antigüedad hasta nuestros días: Fundamentos filosóficos y modelos clásicos de monitorización para su aplicación a contextos de e-learning.” En La Comunidad de Aprendizaje en Red, los retos para consolidarla. UNAM. México 2008.
· Díez, O. (2007) “El reto de la Nueva Educación a Distancia: Enseñar a los alumnos a aprender en red”. En Aprendizaje en Red, en busca de la comunidad virtual (2007). UNAM-FESZ. México.
· Jerónimo, J. A. (2008) “El diseño educativo, el tutor y la comunidad en red”. En Construyendo la Comunidad de Aprendizaje en Red. Una experiencia. UNAM. México 2008.

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